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Cómo cocinar con tus hijos mientras aprenden Matemáticas y Química

La cocina interactiva puede convertirse en un espacio lleno de oportunidades para desarrollar el aprendizaje en niños y adolescentes. Al preparar platillos juntos, no solo se refuerzan vínculos familiares, sino que también se aprovecha para trabajar en matemáticas en la cocina y conceptos de química básica, fomentando habilidades útiles para el futuro.



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1. La cocina como laboratorio de matemáticas

  • Medición y cálculo: Pesar y medir ingredientes, calcular porciones o ajustar las cantidades de las recetas de acuerdo con la cantidad de comensales son actividades que ayudan a reforzar sumas, restas y conversiones de unidades (mililitros, tazas o gramos).

  • Proporciones y fracciones: Dividir una pizza en partes iguales o multiplicar la receta para el doble de personas estimula la comprensión de fracciones, escalas y proporciones.

Este tipo de matemáticas en la cocina hace que los niños asocien los números y las operaciones con situaciones cotidianas, haciéndolos más accesibles y divertidos.



2. Química básica en la cocina

  • Reacciones químicas: La levadura, al fermentar en la masa de pan, libera dióxido de carbono que hace que la mezcla aumente de tamaño. Conocer este proceso de la química básica ofrece un ejemplo tangible de cómo los ingredientes reaccionan entre sí.

  • Cambios de estado: Hervir agua para la pasta o derretir mantequilla son ejemplos de transformaciones entre estados de la materia. Explicar el paso de sólido a líquido o de líquido a vapor resulta una forma sencilla de introducir la ciencia a los más pequeños.



3. Habilidades desarrolladas en niños al cocinar

  • Responsabilidad y trabajo en equipo: Medir ingredientes, manejar utensilios y limpiar la cocina fomentan la disciplina y el sentido de colaboración.

  • Desarrollo sensorial y creatividad: Explorar aromas, colores y texturas despierta la curiosidad y refuerza la habilidad de combinar sabores, además de presentar platillos de manera atractiva.

  • Resolución de problemas: Ajustar una receta que no sale como se esperaba o cambiar un ingrediente por otro enseña a encontrar soluciones creativas.



4. Recomendaciones de platillos y procedimientos

  1. Pancakes de frutas

    • Procedimiento: Mezclar harina, leche, huevos y una pizca de sal. Añadir frutas picadas (fresas o plátanos). Cocinar la mezcla en una sartén con un poco de aceite hasta dorar por cada lado.

    • Valor educativo: Los niños pueden medir los ingredientes, contar la cantidad de pancakes y observar cómo la mezcla cambia de estado al contacto con el calor.


  1. Mini pizzas caseras

    • Procedimiento: Preparar masa con harina, levadura, agua y sal; dejarla reposar para que fermente. Extenderla, cubrirla con salsa de tomate, queso e ingredientes preferidos. Hornear durante 15 minutos a 200 °C.

    • Valor educativo: Calcular tiempos de reposo y horneado, apreciar la fermentación de la masa y practicar la distribución uniforme de los toppings.


  1. Huevos revueltos con vegetales

    • Procedimiento: Picar pimientos, cebolla y tomate; saltear en un sartén. Batir huevos, añadirlos a los vegetales y remover hasta que se cocinen.

    • Valor educativo: Identificar colores, practicar fracciones ya que se dividen los huevos, también ayuda a aprender sobre cambios de estado (de líquido a sólido) y ejemplifica una mezcla heterogénea. 


  1. Spaghetti con salsa de tomate

    • Procedimiento: Hervir agua en una olla (agregar un poco de sal y aceite). Cocinar el spaghetti hasta que esté al dente. Para la salsa, saltear ajo, cebolla y tomates picados; agregar especias al gusto. Mezclar la pasta con la salsa.

    • Valor educativo: Observar la evaporación del agua al hervir, medir el tiempo de cocción y practicar sumas o restas si se necesita ajustar porciones para más personas.


  1. Galletas de mantequilla

    • Procedimiento: Combinar harina, azúcar, mantequilla y una pizca de sal. Amasar hasta obtener una masa uniforme, formar galletas y hornear por 10-15 minutos a 180 °C.

    • Valor educativo: Medir correctamente los ingredientes, ver el cambio de estado de sólido a semisólido durante la mezcla y de semisólido a crujiente al hornearse. Además, fomenta la precisión al calcular tiempos y temperaturas.




En conclusión, la cocina interactiva ofrece un entorno creativo para aprender matemáticas en la cocina y familiarizarse con la química básica de manera divertida. Al preparar platillos sencillos como pancakes de frutas, mini pizzas, huevos revueltos con vegetales, spaghetti con salsa de tomate y galletas de mantequilla, los niños desarrollan habilidades esenciales como la responsabilidad, la creatividad y la resolución de problemas. Con estos recursos, la experiencia familiar en la cocina se convierte en una oportunidad de formación integral que impulsa el desarrollo y la curiosidad científica de los más pequeños.


(En Escuela en Línea No. 1 fomentamos el aprendizaje interactivo)



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